El campo a la ciudad: nuestro Terra Madre 2012

 

Esta fue nuestra segunda celebración del Día de Terra Madre, actividad que compartimos con los miles de grupos Slow Food del mundo.

Terra Madre Day: la bandera

El año pasado salimos de la capital rumbo al campo. Fueron treinta minutos de viaje desde centro de Santiago hasta Paine, para compartir con un grupo de pequeños productores orgánicos, nuestros amigos.

Este año decidimos hacer algo distinto: traer el campo a la ciudad.

Florcitas de la Sra. Raquel, que nos alegraron la mañana

Quisimos compartir nuestros mutuos aprendizajes con los productores de Paine con amigos urbanos que no han disfrutado de la oportunidad de acceder a sus productos: delicias cultivadas, preparadas y/o criadas con mucha dedicación, libres de productos químicos, frescos, sabrosos, de temporada. Además, algo difícil de conseguir acá: a precios razonables, incorporando el comercio justo y el respeto al medio ambiente.

Bien verde nuestro encuentro

Invitamos a participar de esta aventura a un instituto de enseñanza de carreras técnicas con enfoque medioambiental, el IDMA, que nos facilitó el espacio y colaboró con nuestro programa de actividades, aportando con una interesante conversación acerca de la importancia de cuidar, mantener y reproducir nuestras semillas.

Este tema es crucial para la seguridad alimentaria, asunto que al grupo Pilgua preocupa especialmente.

El resultado fue una pequeña feria educativa.

Comenzamos a las nueve de la mañana del sábado 15 de diciembre, ordenando y preparando el espacio. A las diez la feria estaba lista para recibir los visitantes.

Van llegando los primeros visitantes con sus.... pilguas!

Hasta pasado el mediodía se desarrollaron con fluidez y alegría las actividades previstas: degustaciones de pebres, una breve charla de María Isabel Manzur sobre transgenia versus semillas nativas, una muestra de cultivo de tomates en balcón que demostró que cultivar alimentos en un espacio reducido ¡es posible!, además de los diálogos espontáneos que se dieron entre productores y visitantes.

Productores y compradores (ahora coproductores) en relación directa: eso queremos!!!

El público fue rotando durante toda la mañana, deambulando entre el agradable aroma de menta, romero y cedrón. Uno de nuestros miembros, Mauricio, llevó grandes cantidades de hierbas aromáticas y medicinales desde su parcela. Los asistentes se acercaban temerosos a preguntar ¿cuánto vale?, y ante la respuesta de que era para regalar, se iban con su ramito sorprendidos y contentos. Tan acostumbrados estamos al intercambio monetario que realmente nos sorprende que alguien esté regalando, así sin más, alguna cosa.

¡Yo no vengo a vender, vengo a regalar!

Carolina, por su parte, armó una degustación de huevos de campo de don Lolo, quien estaba juntamente al frente vendiéndolos ¡ Los asistentes a la feria no podían creer el color de esas yemas!

La degustación de huevitos de don Lolo que hizo Carolina: un hit!

El marketing funcionó y a don Lolo se le acabaron rápidamente sus huevitos. Fue un trabajo en equipo sencillo y efectivo que fluyó naturalmente, como ocurrió durante toda la jornada.

Don Lolo y sus huevitos

Isidora y Raúl hicieron una demostración de cultivo de tomates en balcón. Raúl armó en vivo y en directo un aparato muy simple al que llamaron, en buen chileno, “encatrado para tomateras”.

Raúl en pleno trabajo de armar una tomatera de balcón

Se trata de un cajón de fruta transformado en macetero móvil, mediante elementos muy simples. Se generó un manual de instrucciones impreso que se entregó a los interesados y que está disponible aquí: folleto tomateras

El "encatrado" o tomatera de balcón y el manual para construirlo

Raúl e Isidora explican a los asistentes cómo armar un "encatrado" o tomatera de balcón

También mostraron algunas variedades de porotos (solo para dar a conocer algunas de las miles que tenemos).

Muestrario de porotos

La degustación de pebres y ceviches con pan amasado de Paine tuvo un éxito rotundo. Pame, Claudia, Anabella y Antonia deleitaron a los asistentes con un pebre de mote, otro de quínoa y un original ceviche de cochayuyos. Respecto de este último, queremos reconocer un gran logro: ¡un mañoso menos! (Todas las recetas,  al final del post)

Los pebres junto a folletos de Slowfood para informar

Así que al regalón no le gustaba el cochayuyo ah!!!

Productores y pilguanos degustando el ceviche de cochayuyo

En suma: quedamos muy felices con la convocatoria, superó nuestras expectativas. Productores, nuestros anfitriones y Pilgua ya estamos pensando en la continuidad.

Levantarnos temprano valió la pena para todos los integrantes de Pilgua. Desde nuestro aporte como grupo, con las infusiones frutales, los pebres de mote y quínoa, el ceviche de cochayuyos para compartir, los huevitos de campo duros, los frutos y hierbas de regalo, la demostración del cultivo de tomates en balcón y el muestrario de porotos; todo esto reflejó la entrega desinteresada y familiar que pretendíamos en la jornada.

Anabella dando la bienvenida y agradeciendo asistencia a los visitantes

Cada miembro de Pilgua sonriente, con su credencial identificatoria, ayudando en la coordinación, acarreando cosas, respondiendo preguntas y comentarios, ofreciendo y también comprando productos. Cada uno como humilde puente entre los productores de Paine y los amigos santiaguinos invitados.

Todos reunidos escuchando atentamente la charla de María Isabel Manzur acerca de la importancia de proteger nuestras semillas

Sin embargo, fue la evolución espontánea del encuentro la que nos demostró que esta alegría y reunión no era exclusiva de los productores, Pilgua y sus amigos más cercanos. Las señoras del aseo, los guardias y administrativos del IDMA se sumaron al festejo, al principio cautelosos, luego muy en confianza. También alumnos del instituto que iban saliendo a terreno y otros que al parecer venían llegando; algunos que venían a entregar pendientes de fin de año o a encontrarse con algún profesor o grupo de compañeros. Incluso jóvenes que iban a averiguar por carreras para recién integrarse a esta casa de estudios se sorprendieron con esta feria, instalada en el patio principal del establecimiento, y se unieron, compartiendo y conversando.

Incluso hubo peatones comunes y silvestres que pasando por la vereda vieron gente entrando y saliendo con productos orgánicos, plantas y flores, y se aventuraron. Algunas de las cosas que se pudo comprar fueron:

Flores, zapallitos, damascos, papas, porotos verdes, tomates

Las empanadas de la Sra. María

Se vendió como pan caliente!!!

Nadie se fue sin su cactus

Y no todo es comida: también hubo productos de cuidado personal hechos artesanalmente por nuestros amigos de Paine

Plantas medicinales de la Sra. Marianela

Incluso canelos trajo la Sra. Marianela

Tomates de verdad

Arándanos y cerezas

Sí, en definitiva el día de Terra Madre se trata de eso, de invitar y compartir estas experiencias, de “aumentar la conciencia de lo precioso de su labor en las comunidades de productores y en la opinión pública”.

Una de las cosas que más nos dejaron contentos fue que cada asistente se llevó algo nuevo consigo… una receta, un sabor diferente, un ramito de hierbas, nuevas y buenas ideas, una conversación. Algunos comentaron que les sorprendió gratamente ver que había más gente que compartía su mismas ideas: la misma utopía de una vida más simple, saludable, respetuosa del medio ambiente y de las tradiciones locales, comprometida y responsable de lo que come, lo que compra, lo que aprende y enseña a sus hijos.

Sin duda, lo que más satisfacción nos da es que a es que a raíz de este encuentro ya sabemos que esa utopía no es un sueño ni una idea loca; es algo completamente realizable, que sólo requiere de voluntad, cooperación y trabajo en equipo.

¡Hasta la próxima!

Grupo Pilgua SCL

Difusión en tarjetas de cartón reutilizado hechas por Pame

Les dejamos aquí las recetas:

PEBRE DE MOTE :

Chilenísimo

-Cebolla picada en cuadritos

-Cilantro picado fino

-Tomates en cubitos pequeños

-En invierno se reemplaza tomate por pimentón rojo, pelado y picado

-Ají verde picado fino (en verano) o pasta de ají (si es invierno)

-Mote de trigo cocido

-Vinagre o Jugo de limón

-Aceite, sal

-Agua caliente recién hervida

Unir en una fuente igual cantidad de tomate picado (verano) con cebolla y cilantro. Agregar trigo mote cocido a gusto tratando que no sea más cantidad que los otros ingredientes juntos. Condimentar con sal, aceite, un chorrito de vinagre o limón y agregar el ají (verde o es pasta según estación).

Agregar un chorro pequeño de agua hirviendo y dejar reposar mínimo una hora. Probar y rectificar aliños. A mayor reposo, más amalgamados los sabores.

PEBRE DE QUÍNOA

La novedad

-Quínoa cocida

-Cebolla o cebollín picado en cubitos pequeños

-Cilantro picado fino

-Tomates picados en cuadritos

-Ají verde picado finito

– Sal, pimienta, aceite de oliva, un chorrito de limón.

(las cantidades son a gusto y posibilidad de cada cual)

Se cuece la quínoa igual que el arroz. La única diferencia es que debemos remojarla unos 5 a 10 minutos antes en agua fría y lavarla bajo el chorro de agua fría hasta que no dé más espuma. Así sale el jaboncillo, el tono oscuro y el gusto amargo.

Después se cocina 15-20 minutos como cualquier arroz (sofreír, agua caliente, olla tapada sin revolver). La medida para la cantidad de agua es 1 cm sobre el nivel de la quínoa. Luego dejar enfriar.

Picar y unir los demás ingredientes e incorporar la quínoa cuando esté fría. Condimentar a gusto. Si le gusta, se puede adicionar pimentón rojo picado finito.

CEVICHE DE COCHAYUYO PILGUA

El ceviche de cochayuyo de Antonia y Claudia

La idea de este ceviche es hacerlo con las verduras de estación que tengamos en casa, acá pongo ejemplos y opciones para que puedan elegir.

Las cantidades de los ingredientes son aproximadas, la idea es que cada uno lo haga a gusto, a mí por ejemplo me gusta con poca cebolla y mucho cochayuyo, palta y semillas…

Ingredientes:

-Cochayuyo

-Cebolla morada o cebolla o cebollín cortado en juliana

-Pimentón rojo cortado en cuadritos

-Palta cortada en cuadritos

-Ají amarillo o ají rojo picado muy pequeño

-Jengibre rallado muy fino

-Pepino o apio o zapallo italiano/cortado en cuadritos

-Semillas de maravilla o sésamo

-Jugo de limón, aceite de oliva, salsa de soya, sal de mar, pimienta.

Lavar el cochayuyo y dejar en un recipiente con agua durante toda la noche. Para que el cochayuyo no flote y quede sumergido en el agua, ponemos sobre él un plato o la tapa de una olla.

Al día siguiente botamos el agua de remojo, lavamos bien el cochayuyo (para botar la gelatina que se forma al hidratarlo), lo picamos en cuadraditos pequeños y lo dejamos en un colador para que escurra toda el agua.

En un recipiente poner el cochayuyo y agregar la cebolla, pimentón, ají, jengibre, jugo de limón, aceite de oliva, salsa de soya, sal de mar y pimienta, mezclar bien y dejar reposar al menos 20 minutos.

Un poco antes de servir agregar a la mezcla el pepino, la palta y las semillas, probar, ajustar los aliños y ¡a disfrutar!