ARTICULOS: El derecho al alimento

ARTICULOS: El derecho al alimento

En nuestro mundo actual los alimentos se han convertido en un producto, con valoración comercial, culinaria y de estatus. Esto ha desplazado su concepción como un derecho de cualquier ser humano. En Pilgua esto nos preocupa y uno de nuestros miembros quiso reexionar sobre esto.

El derecho al alimento

Es discurso bien sabido que el alimento es un derecho, una necesidad básica para la vida. Existe consenso mundial que garantizar el acceso a los alimentos es un deber, incluso es jurídicamente obligatorio de acuerdo a las normas internacionales, como la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948. Sin embargo, actualmente existen 805 millones de personas en el mundo que sufren de hambre, la mayoría en países en vías de desarrollo. ¡Sí, así de cruda es nuestra realidad! Una de cada ocho personas se levanta con hambre en la mañana y se acuesta en la noche sin haber probado alimento alguno durante todo el día, y si consideramos que el 20% de esta cifra corresponde a niños menores de 5 años, el escenario se torna más cruel aún. Paralelamente, en nuestro mundo coexisten la carencia con el exceso de alimentación, hambre y obesidad, esta última afectando a más de 300 millones de personas en el mundo y siendo uno de los problemas de salud pública más importantes en países desarrollados. De esta paradoja nutricional, surge la siguiente pregunta:¿el derecho y acceso a los alimentos está asociado al estatus económico de las personas? La respuesta salta de inmediato cuando se asocia el simple hecho de que –en la mayoría de los casos- para obtener un alimento es necesario pagar por ellos. Los alimentos, a lo largo de la historia, han tenido un impacto que va mucho más allá del acto de alimentar y nutrir un organismo vivo, involucrando otras dimensiones de los seres humanos y nuestra sociedad.

Los alimentos están conectados al modo en que nos relacionamos como especie, en las costumbres, tradiciones, cultura, ritos e idiosincrasia de las distintas sociedades que componen el globo. Tienen que ver con elmodo en que entendemos nuestro entorno, y por esta razón es que se han vuelto sujeto de interés para la industria del turismo y la del comercio alimentario. La globalización de los sabores ha sido el resultado del acto de conocer lugares y culturas alejadas de nuestro terruño a través de su gastronomía, lo que ha traído como consecuencia que nuestro patrimonio gastronómico tradicional se vaya perdiendo. Así, las nuevas generaciones conocen a la perfección los ingredientes contenidos de un “pad thai” sin tener claro los de un charquicán. Estos ingredientes deben viajar miles de kilómetros para poder reproducir estos extravagantes platos, agregándoles el valor de lo exótico y encareciendo así su precio. Este interés desenfrenado por la gastronomía internacional ha llamado la atención de las grandes empresas alimentarias, las cuales han visualizado a los alimentos como una oportunidad de negocio, transformándolos en un bien de consumo, sujetos a ser modicados, procesados y publicitados, pasando a ser los alimentos un valor de mercado más que un derecho. El tema es que los que producen la materia prima, los campesinos y agricultores, no son adecuadamente incorporados a esta cadena de suministros siendo pobremente remunerados por su trabajo y productos, quedando vulnerables a una situación de inseguridad alimentaria (cuando no se garantiza el acceso a los alimentos). Es evidente que los alimentos se han ido transformado en productos creados por el hombre, no considerados como una necesidad para su bienestar, sino que en un símbolo de status, alejados de lo natural y verdadero. #

Por Constanza Miranda,
ex-miembro de Pilgua SCL. Médico Veterinario, MSc Nutrición y Alimentos, U. de Chile, y MSc Sistemas Sustentables, The University of Queensland.