(Re)Uniendo productores y coproductores

Terra Madre es un proyecto concebido por Slow Food, fruto de su proceso de crecimiento, que hoy se basa en el convencimiento de que “comer es un acto agrícola y producir es un acto gastronómico”.

La red de Terra Madre está formada por todos aquellos que desean intervenir para preservar, animar y promover métodos de producción alimentaria sostenibles, en armonía con la naturaleza, el paisaje, la tradición.

En su tercera edición, el Terra Madre Day, que celebra en todo el mundo el alimento local bueno, limpio y justo, es un evento que adopta mil formas diversas, congregando a las comunidades de Terra Madre en festivales, cenas, muestras, eventos culturales, conferencias y muchas otras actividades. Estos eventos no solo ponen en valor la comida local sino que presentan al mundo entero los lugares y los rostros que son protagonistas de un nuevo modelo alimentario; cada una de las citas, en su diversidad, expresa la creatividad de nuestro movimiento y la capacidad de cambiar las cosas a través de pequeñas y grandes acciones.

Más info Terra Madre Day 2011 en el mundo

Para nuestro grupo Pilgua fue nuestro Primer Terra Madre Day, y para celebrarlo visitamos a pequeños productores orgánicos y en transición. Queríamos conocerlos, conocer su trabajo y buscar como traer sus productos a nuestras mesas. La agenda estuvo organizada por nuestro contacto en la zona Enzo Solari quien nos presentó a su equipo de trabajo, quienes nos acompañaron en esta inolvidable jornada.

40 minutos de viaje al sur de Santiago, y el campo se abría frente a nuestros ojos.

Comenzamos nuestro recorrido para conocer a los productores en la parcela de María y Armando. La agenda estuvo organizada rigurosamente por nuestro contacto en la zona Enzo Solari quién además nos presentó a dos tesistas que nos acompañarían durante el día. Nuestra primera tarea fue cosechar zapallos italianos en un campo verde con chispas amarillas. Justo al frente en varias hileras estaban las lechugas perfectas y frescas. Luego, en una didáctica conversación entre vacas productoras y otros animales de granja, incluyendo una hermosa perrita llamada Pindi pudimos acceder a leche y quesos frescos.

Don Hernán hace un par de años se dedica a cultivar su huerto para autoconsumo, encontramos ahí limón, limón sutil, damascos, naranjas, olivos, lechuga crespa, lechuga morada, zapallos italianos, porotos verdes, sandías, choclos, melones, alcachofas, laurel, albahaca, albahaca morada, hasta topinambur!.Y un tremendo cactario con las más increíbles variedades de cactus. No queda más que felicitar a don Hernán por el esfuerzo que hace día a día para desarrollar y mantener sus cultivos.

Doña Raquel es alegre, está orgullosa de sus cultivos de flores. Entre distintas variedades que comercializa tiene tomates redondos y alargados; cholos (maíz), maní chileno y otro. Atesora sus sandías “de las antiguas”; esas chicas, de pepa negra y extremadamente dulces. Todo cultivado “al natural” sin químicos y creando conciencia entre sus vecinos de que hay que cuidar la naturaleza, las chinitas, las abejas y todo lo que es parte de la cadena natural. Dice que a la antigua, todo es más sano.

Llegamos donde Doña Sonia y Don Lolo (Eliodoro). 49 años juntos y aun chacoteando. Instalados en una parcelita de Paine por el lupus que afectó a Sonia, ya retirados de las labores “de ciudad”, derivaron en quehaceres “de campo”. Flores, ella, y tomates, él, además de huevos y humus a pequeña escala, pero con creciente interés en el cultivo sano. Jugo natural de bienvenida, recorrido, preguntas, respuestas, risas, abastecimiento a excelente precio/calidad y seguimos junto a ellos nuestro tour.

Luego de las visitas a los productores, nos reunimos para almorzar en la localidad de Águila Sur para seguir conversando del modelo de intercambio de alimentos saludables.

A la sombra de los boldos, y junto a excelentes platos de comida chilena, continuamos conociéndonos, intentando encontrar la forma de llevar sus productos a la ciudad.

Si bien queda mucho camino por recorrer, nos quedó muy claro la importancia de mantener un vínculo directo y conversar, comprometerse y construir en conjunto un proyecto donde todos aprendamos y nos beneficiemos.

La sequía, la falta de canales de distribución y el arduo trabajo no disminuye el entusiasmo de quienes trabajan la tierra, con orgullo, buscando hacerlo de manera limpia y en armonía con el medio ambiente.

Esa energía nos impulsa a trabajar, apoyando a quienes se esfuerzan por ofrecer mejores productos.